Prólogo:
La publicación de este artículo, ha sido un “asunto pendiente” para mí desde hace mucho tiempo. Por una serie de razones –como ya he explicado en varios posts anteriores- no me ha sido posible dedicarle al Blog el tiempo necesario y creo que, como comienzo de este nuevo año 2012, la ocasión es inmejorable para pagar la deuda contraída con mis amables y pacientes seguidores. Así pues, aquí tenéis amigos míos, lo que vendría a ser el epílogo tantas veces prometido de aquella serie que un día comenzó como “Los Clanes Escoceses de las tierras Altas” . Espero no decepcionaros y que la espera haya valido la pena.
Apunte Histórico :
William Wallace nació en enero del 1272 en la ciudad escocesa de Elerslie (cerca de Glasgow), muy poco antes de que llegase al trono de Inglaterra el que sería su gran enemigo, Eduardo I, de la casa Plantagenet.
Entre los 14 y 16 años William Wallace, vivió en Dunipace, con un clérigo tío suyo, con el que estudió a los clásicos llegando a dominar el latín, el francés y el inglés aparte del galés.
Antes de cumplir los 18 años de edad, ya sobrepasaba los 1.90 m de altura, lo que le convertía casi en un gigante para la estatura media de entonces ya que también era de complexión muy fuerte. La muerte de su padre, el destierro de su madre y el sistema de opresión que vivían los suyos por parte de los ingleses hizo que William abandonase su incipiente carrera eclesiástica.
Wallace, vivió sus primeros años en un clima de tensiones y disputas que se sucedieron entre los numerosos nobles escoceses tras la muerte del rey Alexander III. Así, cansado de la opresión y el dominio inglés se unió con otros jóvenes, convirtiéndose en una banda de forajidos. Con ellos, William Wallace, fue hasta Loudun Hill, donde vivía el caballero inglés Fennwick, que había matado a su padre. Sólo contaba con 50 hombres, frente a los 200 soldados ingleses; aún así, durante el duro enfrentamiento, más de la mitad de estos murieron, incluyendo a Fennwick.
Manuscrito de "Blind Harry" donde se narran las vicisitudes,
vida y obra de William Wallace, mezclando hechos y leyendas por igual
pero que ha dado en tomarse como la biografía más fiel y aproximada
de lo que debió ser la realidad.
Los hombres de William Wallace , además de disfrutar su primera gran victoria, se encontraron con un número considerable de espadas, armas y caballos. Wallace se convirtió así en reconocido forajido al que pusieron precio por su cabeza.
Su pequeño ejército se refugió en el bosque de Ettrick y durante 5 años, junto con sus hombres, visitó poblaciones tomadas por los ingleses para conocer al enemigo y realizó guerrillas contra tropas y patrullas, ocasionando numerosas bajas. A pesar de todo ello, a William Wallace le dio tiempo para cortejar a la joven Marion Braidfute, que vivía en Lannark, ciudad gobernada por el sheefiff Hazelrig, el cual, para obligar a William Wallace a ir a su ciudad y así capturarlo, mató al hermano de Marion. Y efectivamente William Wallace llegó, pero, aunque causó una considerable matanza entre los soldados ingleses, tuvo que regresar al bosque sin haber conseguido llegar a la casa de su amada. Entonces, el sheriff Hazelrig, despechado por no conseguir capturar al forajido más buscado, mató a Marion.
Placa conmemorativa en Westminster Hall
La venganza no se hizo esperar. William Wallace, acompañado esta vez por todos sus hombres, atacó durante la noche, dejando vivos sólo a las mujeres y los religiosos. Aquello aumentó su fama, y muchos más escoceses se unieron a él y las tropas inglesas a la largo y ancho de Escocia sufrieron su guerra de guerrillas.
Inscripción en la entrada del Ayuntamiento
en Westminster Hall
El rey Eduardo mandó 40.000 soldados de a pie y 300 jinetes para resolver el problema escocés al mando del Gobernador inglés de Escocia, John de Warenne. El primer gran enfrentamiento tuvo lugar en Irvine, julio de 1297; muchos nobles escoceses no quisieron participar por no querer estar bajo el mando de alguien a quien consideraban de inferior rango.
William Wallace , tuvo que retirarse hacia el norte, aunque después siguió a los ingleses cuando estos creyeron que el asunto estaba zanjado.
Vidriera con la figura de William Wallace
El siguiente gran enfrentamiento sería decisivo por necesidad: un numeroso y bien armado ejército, con muchos veteranos de las guerras de Flandes y Gales, frente a quienes hasta entonces sólo habían hecho guerrillas y estaban armados principalmente con espadas, lanzas, hachas y cuchillos.
Como se puede observar, los distintos retratos de nuestro personaje,
en poco o nada tienen que ver con la imagen que Hollywood ha tratado de vendernos.
La batalla tuvo lugar el 11 de septiembre de 1297, en el puente de Stirling que, según algunos cronistas, se hundió ante el peso de la caballería inglesa, facilitando así la victoria de William Wallace que convirtió la batalla en auténtica carnicería. Aunque este tuvo que sufrir la pérdida de su mejor amigo, Sir Andrew Moray. A aquella victoria le siguieron otras, incluyendo la toma del castillo de Edimburgo. Y así quedó Escocia momentáneamente libre de ingleses.
Fue elegido “Guardián de Escocia”, título que casi equivalía a nombrarlo rey (el auténtico, John Baliol, estaba preso en Londres; más tarde sería exiliado a Francia, de donde no regresaría).
Alarmado por la derrota inglesa, Eduardo I regresó de Flandes, donde mantenía otra guerra, y fue en persona hacia Escocia con un enorme ejército que fue avanzando por el norte de Inglaterra, donde William Wallace también había conquistado algunas ciudades, haciendo huir a los escoceses que se encontraban por allí.
Entonces William Wallace, usó la práctica de tierra quemada, para que el enemigo no encontrase provisiones a su paso. Por desgracia para Wallace, eso ya estaba previsto por el rey inglés, al que le llegaron las provisiones en barcos desde Irlanda, aunque en alguna ocasión estos se hundieron en el mar por culpa de las fuertes tormentas.
Además de esta inmensa fuerza, tres veces mayor que la de los escoceses, William Wallace tuvo que sufrir la dolorosa traición de dos de sus nobles aliados. En la batalla de Falkirk, a pesar de la buena idea de oponerse al asalto de la caballería inglesa colocando las lanzas, más bien picas, sujetas firmemente contra el suelo, los escoceses fueron derrotados y el rey inglés ofreció una importante recompensa por la captura de William Wallace que había conseguido huir a tiempo.
Representación pictórica del juicio sumarísimo al que
fué sometido William Wallace en Westminster tras su captura.
Además de la derrota, William tuvo que soportar el desprecio de los propios nobles escoceses, que nombraron Guardianes de Escocia a Robert Bruce y John Comyn, este último, sobrino de John Baliol.
Una vez perdido el carisma de vencedor de todas las batallas, su condición fue decisiva para que los nobles le retiraran el apoyo. Por si fuera poco, el rey Eduardo decretó una amnistía para todos aquellos que combatieron por Escocia, excluyendo de ella a William Wallace, que de nuevo se veía convertido en un forajido. También nombró rey a John Comyn.
Parece ser –no está del todo confirmado- que William Wallace estuvo un tiempo en Francia, donde Felipe IV le ofreció títulos nobiliarios y el gobierno de algunas tierras, pero el amor por patria le llevó a volver en 1305. Allí, nuevamente fue traicionado. Esta vez por Sir John de Menteith, antiguo amigo y compañero de armas, que introdujo a uno de sus sobrinos en su banda, para así estar al tanto de todo cuanto hacía.
Así consiguió llevarlo hasta el castillo de Carslile, donde fue encerrado en una mazmorra. De allí fue llevado a Londres fuertemente custodiado y atado a un caballo, en un largo viaje de 17 días.
Fue acusado de alta traición, cosa que él negó, ya que nunca había jurado lealtad al rey inglés, y sentenciado a morir ese mismo día.
Los detalles de su ejecución son especialmente truculentos, incluso pensando en los cánones de la época: William Wallace, fue arrastrado por dos caballos por las calles de Londres y apedreado por la multitud hasta llegar a Smithfield, donde estaba el lugar de los ajusticiamientos.
Estatua conmemorativa erigida en Aberdeen (Escocia)
Allí lo ahorcaron por un corto tiempo, lo suficiente para que sólo perdiese el conocimiento. Lo descolgaron y, mientras aun estaba vivo, le castraron, le abrieron el vientre y le sacaron los intestinos, que fueron quemados ante sus ojos y, todavía vivo, le arrancaron el corazón; finalmente, fue decapitado y descuartizado. Su cabeza puesta en una pica en el Puente de Londres, mientras que manos y pies fueron mandados a cuatro extremos de Inglaterra.
En Aberdeen, donde llevaron el pie izquierdo, fue enterrado lo que quedaba del cuerpo. Este tipo de ejecución contra el delito de traición fue introducido en Inglaterra por los normandos y estuvo vigente hasta el siglo XVIII. Y seguramente se usó con bastante frecuencia; hay que tener en cuenta que en la Torre de Londres está la llamada Puerta de los Traidores.
Monumento en honor de William Wallace en Stirling
donde el héroe escocés alcanzó uno de sus más sonados triunfos
Se habla mucho de la espada de William Wallace, la cual es del tipo tradicional para ser manejada con las dos manos, mide aproximadamente 66 pulgadas de largo ( más de un metro y medio), siendo la longitud de la hoja de (1,30 m). La calidad del metal sugiere que es de origen escocés, aunque otras espadas del mismo periodo fueron hechas en Finlandia o Alemania.
La lucha por la independencia de Escocia continuó, en 1314 Robert the Bruce tomó las riendas de la rebelión y combatió a los ingleses hasta lograr la independencia en 1320. Así, fue coronado como el Rey Roberto I de Escocia. Aunque jamás pudo olvidar su traición a William Wallace en la batalla de Falkirk y en su lecho de muerte pidió que su corazón fuera llevado a las cruzadas buscando el perdón de Dios y de sus errores pasados.
Reproducción de la espada de Willian Wallace
Eduardo I falleció a principios del siglo XIV y fue su hijo Eduardo II quien le dio la independencia a Escocia, tan buscada por Wallace.
La cuestión es que William Wallace, el héroe, ha pasado de la Historia al mito y a la leyenda, y millones de escoceses, e incluso habitantes de otros países, han querido verse reflejados en el hábil diplomático, el pertinaz luchador, el brillante estratega y afamado guerrero, y, especialmente, en el desafiante adalid de una idea tan atractiva y mitificada como la independencia, en todos los sentidos, a la que William Wallace dedicó conscientemente su vida e inconscientemente su posteridad.
El Modelismo y "Braveheart"
El Modelismo y "Braveheart"
El protagonista del presente artículo ha hecho varias incursiones en nuestro mundillo modelístico, principalmente desde el éxito obtenido tras el estreno de la película dirigida y protagonizada por el norteamericano MEL GIBSON, el cual, todo hay que decirlo, se tomó no pocas libertades y licencias históricas en su realización. En fin, nada que un OSCAR de Hollywood no haga olvidar.
Dejo aquí un pequeño muestrario de modelos y marcas que le han dedicado -con mayor o menor fortuna, según el caso- a William Wallace algunas de sus referencias, y me despido de vosotros hasta otra nueva ocasión -que espero sea en breve si las circunstancias lo permiten. Hasta entonces amigos.
PEGASO MODELS ( 54mm )
STRELETS ( 28mm ) (1/72 )
NOCTURNA MODELS ( 200mm )
WARRIORS ( 150mm )
Pintado por J.Manuel Gómez
FORT DUQUESNE ( 200mm )
"SCRATCH" en 54mm
modelado y pintado por su autor
Juan Carlos Ávila Ribadas
Muy entretenida, Josito. A ver si no te haces de esperar tanto tiempo ... aunque eso vale para todos nosotros porque es difícil mantener un ritmo constante entre trabajo, familia y demás.
ResponderEliminarGracias amigo Jorge, qué más quisiera yo que prodigarme más, pero ya sabes que mi media naranja no anda muy bien de salud, más bien mal, así que como dice el refrán:
ResponderEliminar"PRIMERO LA OBLIGACIÓN Y DESPUÉS LA DEVOCIÓN"
Abrazotes chaval.JM