HIGLAND CLANSMAN
( 3.1 )
Castillo de Edimburgo
Apunte histórico :
La batalla de Prestonpans ( también conocida como de “Gladsmuir”) fue el primer conflicto significativo del “Segundo Levantamiento Jacobita”.
Tuvo lugar el 21 de septiembre de 1745 en Prestonpans , en el East Lothian de Escocia y en él se enfrentaron los leales a James Edward Stuard comandados por su hijo Charles ( comúnmente conocido por “Bonnie Prince Charlie” ó también “el Joven Pretendiente”) contra el ejército hannoveriano del monarca George II comandado por Sir John Cope, con el objeto de apoderarse de Escocia e Inglaterra y reclamar los dos reinos de su padre, Gran Bretaña e Irlanda reunidos recientemente.
El Príncipe Charles
Ayudado fielmente por Donald Cameron de Lochiel, jefe del Clan Cameron, consiguió alzar en armas más de dos mil hombres con los que puso rumbo a Edimburgo, ciudad de la que se apoderó casi sin combatir el 16 de septiembre. Sir John Cope , el general comandante de las fuerzas gubernamentales en Escocia, había recibido la orden real de detener la revuelta pero Cope, a pesar de haber embarcado en Aberdeen con sus tropas, llegó demasiado tarde y no pudo evitarlo. De todas formas, sus hombres, la mayoría reclutados a toda prisa y casi sin experiencia en combate, sufrieron todo tipo de adversidades y contratiempos, así como enfermedades, por lo que de poco hubiese servido su intervención como más tarde sería tristemente probado.
Lord George Murray
El 20 de septiembre las fuerzas de Cope tomaron contacto con la vanguardia jacobita y éste decidió presentar batalla. Dispuso su ejército protegido por zanjas junto a las zonas pantanosas que rodean el parque de Preston House pero fue entonces cuando Lord George Murray , teniente general del Príncipe Charles, buen conocedor del terreno que pisaba, ordenó a sus tropas que durante la noche ocupasen posiciones al lado izquierdo de la zanja mientras los Highlanders avanzaban cautelosamente hacia las posiciones enemigas protegidos por la oscuridad.
En el amanecer del 21 de septiembre de 1745, los dragones de Cope observaron atónitos la carga de 1.400 Highlanders acompañados de unos estremecedores y salvajes grito de guerra así como el espectacular son de las gaitas escocesas abriéndose paso entre la bruma de los pantanos. Las inexpertas tropas de COPE, aterrorizadas, huyeron en desbandada a pesar de las amenazas de los oficiales que incluso descargaban sus armas de fuego sobre ellos para que retomasen las posiciones vergonzosamente abandonadas. Todo fue inútil.
Grabado de época que muestra la huída
de Cope tras la batalla
La derrota gubernamental fue total y en apenas diez minutos todo había terminado. Centenares de soldados hanoverianos yacían muertos o heridos y 1.500 fueron capturados. Los Highlanders apenas habían sufrido 100 bajas y se capturaron cientos de mosquetes y munición así como un tren completo de provisiones en el que se ocultaba la suma de 5000 libras para la soldada de la tropa, lo que redundó en un aumento –quizás excesivo- de confianza por parte de los Estuardo que vieron la victoria definitiva ya muy cerca. No obstante, la situación iba a dar un cambio radical al año siguiente, tras la decisiva y cruenta batalla de CULLODEN cerca de Inverness. Pero eso……ya es otra historia.
La figura de KIRIN y el escenario :
Haciendo honor al refrán que bien dice: “NO HAY DOS SIN TRES”, y con el objeto de cerrar dicha “trilogía”, me propuse terminar una figura a la que le tenía muchas ganas desde “tiempos inmemoriales” y para la que nunca encontraba tiempo ( ni historia que contar ) .
Fue al ver una lámina del genial Angus Mcbride en un libro de Osprey dedicado al Highland Clansman, cuando se me encendió la bombillita y surgió “la idea”. Menos mal que ya tenía pintado casi todo el tartán – a falta de pequeños detalles y ligeros perfilados, si no, a lo mejor me lo hubiese replanteado de nuevo, pero me daba coraje tener esta pequeña-gran obra de arte durmiendo el sueño de los justos por más tiempo en el armario.
Box-Art de Bil Horan
Aprovechando que por entonces se acercaban las fechas navideñas y se estaba publicando una serie de fascículos sobre Belenes y Nacimientos Clásicos, y que junto con cada uno se acompañaba una pieza en resina para montar un Portal de Belén, tuve la fortuna de llegar a tiempo de encontrar el ejemplar que traía un trozo “monobloque” de muro con la puerta entreabierta –se supone del establo- y que se ajustaba totalmente a la idea que quería llevar a cabo.
Portal original en resina
Aspecto final del Portal re-decorado
Detalles del portalón
La escala me venía “al pelo” aunque el grosor de la puerta estaba ligeramente sobredimensionado. La verdad es me planteé rehacerla con listones de balsa y pino como los utilizados en aeromodelismo, si bien, al final, como eliminar la puerta original y construir la nueva me iba a llevar más tiempo del que le podía dedicar, pasé de todo y decidí dejarlo estar.
El resultado, en mi modesta opinión, no desluce en absoluto, así
que no me arrepiento de la decisión tomada.
En cuanto a la figura en cuestión, qué más se puede decir de una pieza en la que el detalle es exquisito, el despiece, lógico y en la cantidad justa y la calidad de la resina, simplemente perfecta. En resumen, es el sueño de todo modelista, si bien su precio no fue precisamente barato para los tiempos que corrían - y corren - siempre ha sido una figura en la que considero bien invertido hasta el último céntimo.
Bueno amigos, eso es todo de momento.
En el próximo capítulo (3.2) finalizaré con esta figura y
-por supuesto- incluiré un breve apunte histórico sobre
este tema tan apasionante para muchos modelistas que
es Escocia y su historia.
Hasta pronto !!!!
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